El legado de Nirvana es alargado y más cuando en los
últimos años el revival grunge ha sido una realidad encabezada por el retorno
de Soundgarden, un nuevo peldaño en la maravillosa escalera creada por Pearl
Jam y el indreíble estado de forma de Dave Grohl y sus Foo Fighters. Pero ahora
toca echar la vista atrás, cuando los ahora enfadados y separados Sonic Youth
eran los máximos defensores de Kurt Cobain y su banda, cuando Thurston y Kim estaban
felizmente casados, cuando Lee Ranaldo decidió montar un acústico con ayuda de
la cadena MTV en Nueva York. ¿Quién podía imaginar que ese documento sería el
testamento musical del trío de Seattle?.
Nirvana fueron la cara y la cruz de un fenómeno que
perdura en las mentes de los que fuimos adolescentes, de todos los que hemos
sentido la incomprensión y la desazón de una sociedad que no nos entiende, desafortunadament
todo eso sigue igual gracias a nuestros políticos. He aquí un concierto íntimo,
perfecto, desnudo y melancólico, que situó la ferocidad y la estridencia de los
temas de Cobain y compañía en otro nuevo escalón hacia el olimpo que se
merecían y en el que siguen instalados. Al desnudar los cortes originales y
trasladarlos al impacto inmediato y crudo de aquello desenchufado tuvimos la
oportunidad de ver, sentir en nuestras propias carnes la grandeza de las
composiciones del primer mártir del grunge. La imprevisibilidad del yonqui más
venerado de los noventa y la forma particular de entender la vida del hombre
que enviudó a Courtney Love hizo que se quedaran en el tintero piezas clave en
la historia de Nirvana, léase 'Smells Like Teen Spirit' o 'Heart-Shaped Box',
pero la habilidad musical y la sensibilidad de Cobain introdujeron a un
repertorio preestablecido la magia de David Bowie en 'The Man Who Sold The World',
la marca de los Vaselines, que ahora han vuelto, ('Jesus Doesn't Want Me For A
Sunbeam', la oportunidad de introducir a sus colegas The Meat Puppets, los
hermanos Kirkwood que el año pasado fueron parte del cartel del Primavera
Sound, con tres de sus piezas más representativas y para cerrar la actuación un
colofón en forma de merecido tributo a Leadbelly con 'Where Did You Sleep Last
Night'.
Editado en formato CD y VHS en la época, más tarde
llego el corte inédito en DVD, podemos sentir el dolor de Kurt, sorprendernos
con la presentación de Pat Smear (Germs y Foo Fighters) como cuarto miembro del
combo para los directos, la precisión de las baquetas de Dave Grohl, el
necesario bajo de Krist Novoselic que ejercía de equilibrio necesario, el celo
cautivador de Lori Goldston y un sinfín de tics que hacen de este el mejor de
los MTV Unplugged jamás editados.
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